Al barrio Alcalá en la ciudad de Envigado. Fue un deseo que se hizo palabra después de cinco años donde una amiga ya me había hablado de ellas pero mi corazón estaba endurecido y en mi cabeza no cabía el pensar en nada de Iglesia.
Un deseo que se hizo realidad y que posibilitó el primer encuentro con la Compañía de María, en la comunidad de Alcalá. Quien lo iba a decir, un encuentro que cambiaria el rumbo de mi vida. Lo que más me impactó de este encuentro fue ver a todas las hermanas de la comunidad convocadas en torno a la sala, escuchando a mi amiga hablar y yo solamente observaba. Cómo no hacer memoria de estas religiosas que me expresaron con sus actitudes el estilo propio de la Compañía de María “…caminar con la persona en un clima de proximidad y afecto…”, esto lo sentí el primer día y a través de los años de amistad que se fueron gestando a partir de los diferentes encuentros que desde ese día pude disfrutar con ellas: Jusara, Ranette, Carmencita, Cecilia, Liliana, Paola, Iliana. Era un tiempo de búsqueda, de toma de decisiones y con su acompañamiento me permitieron ver el horizonte y posibilitarme el discernimiento para saber en qué quería invertir mi vida.
“¿Qué es lo que sueñas tú, qué mueve tu interior?”*
No es nada fácil hacer la opción a la vida religiosa como no lo es también a la vida matrimonial, entre otros. Pero lo más importante es dar el sí, atreverse, enfrentar el miedo, lanzarse, pero sobre todo ponerse en las manos de Dios.
“¿Qué te llevo a la cruz? ¿Cómo es tu corazón?
¿Por que dejaste el cielo? ¿Cuál es tu pasión?
Quiero entender y conocer tu corazón”*
Hace ocho años conocí la Compañía de María y ya cinco años que ingresé para ser religiosa. En estos cinco años de formación también he experimentado el estilo propio de la Compañía: posibilitar que cada ser humano recorra su propio camino, respetando su ser, potencializando sus capacidades, reconociendo sus fragilidades. Pero lo más importante hacer camino de conversión, señalando el horizonte, la meta: La configuración con Jesús.
“Mirar con tu mirar es el deseo en mi. Sentir tu corazón dentro de mi latir. Vivir por tus anhelos y por tu sentir es como quiero cada día yo vivir”*
Estoy en el segundo año de Juniorado y como misión específica, profesora de Educación Religiosa y Ética en cuarto de primaria, en el colegio La Enseñanza de Medellín - Colombia.
Cada año en la provincia hay una temática que marca transversalmente toda la vida de las comunidades, de las obras, de las instituciones educativas y que tiene que ver con el estilo propio de la Compañía, este año es el ACOMPAÑAMIENTO.
Ha sido la oportunidad para hacer vida todo lo asimilado interiormente en las dos etapas de formación anteriores (postulantado y noviciado) porque el colegio es un espacio privilegiado para el intercambio, para el encuentro, para ser con otros.
Acompañar a las niñas de cuarto ha sido un aprendizaje valiosísimo porque en ellas voy configurando mi ser de educadora en la Fe. Dentro del salón de clases y fuera de este, se posibilita el encuentro, el intercambio mutuo de ideas, experiencias, sentimientos, cuestiones, se tejen lazos, se crea relación. Las niñas cada día me enseñan algo nuevo, me hacen tomar conciencia de muchas cosas que cuando uno es adulto pasan desapercibidas. Su alegría, cariño, ternura, abrazos, sonrisas, espontaneidad, disponibilidad, colaboración, gratitud, me hacen experimentar a Dios en cada momento. Sus lágrimas, fragilidades, impotencia, problemas familiares, dificultades para aprender, me llaman a situarme como Santa Juana de Lestonnac a buscar vías, formas nuevas para tender la mano.
Es un acompañamiento basado en la escucha pero también en la acción de la palabra. Una palabra que se siembra en el corazón, que requiere del tiempo de Dios para que cale, para que aflore, para que tenga vida.
Esta es la misión que llevo en el corazón, que voy interiorizando, que va siendo confrontada por las niñas. El ser educadora de la fe pasa por la vida sencilla, en acciones concretas que se dan en el encuentro con ellas, en la palabra y en el testimonio que doy con mi vida.
Doy gracias a la Compañía por confiarme esta misión, a mi comunidad de la Casita por el acompañamiento que me da y sin duda alguna al dueño de la obra porque “Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió” Jn. 7, 16.
*Partes de la canción "Se desbaratan mis sueños", de Jesús Adrian Romero.
Erika Vallejo: juniora de la Compañía de María Nuestra Señora. Master en Matemáticas y Física. Nació en Medellín. Actualmente trabaja en el Colegio de la Compañía de María en Medellín |
Gloria Valencia diz:
Erika, gracias por tu testimonio cariñoso y cercano. Eres un gran referente en este proceso de acompañamiento.
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Joyce Pérez diz:
Gracias Erika por compartir tu vida, tu ser cristiana. Un abrazo. Joyce
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Cristina diz:
Gracias por compartir tus razones de sentido
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Rocío Hernández diz:
Gracias por tu compartir Érika, en el noviciado tuve la oportunidad de conocerte y compartir la vida. Amigas en el Señor. Un abrazo desde México. Rocío
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Beatriz cortes diz:
que bonita la experiencia de dIOS CONTADAD POR VOS.
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diz:
Muy linda experiencia. Muchas gracias Erika. Que Dios te bendiga. Animo por todo. Unión de corazones. Lidvine
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diz:
Muchas gracias Erika por tu lindo testimonio. Dios te bendiga y bendiga la misión que llevas en tu corazón.
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Beth Doherty diz:
Muy lindo lo que has compartido! Me inspiraba mucho.
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Iliana diz:
Gracias Erika por tu compartir, me anima y nos une en el Señor
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