Las palabras de Rita en su carta nos recuerdan que “Renovar como comunidad es hacer público el compromiso de ayudarnos mutuamente a vivir en coherencia con lo que profesamos”. Por eso, el día 15 nos unimos con la comunidad de Esmeralda, Cuba, para agradecer la vida de entrega y generosidad de María de la Luz Becerra. Y ser testigos, junto a la gente de la Parroquia de Esmeralda de su respuesta al Señor.

Y el día 18, en medio de un ambiente de recuerdos y de esperanza, nos unimos a Granada, Nicaragua, para acompañar a Martina Pérez. Ella había compartido la misión hace 17 años en Granada cuando iniciaba la presencia de la Compañía en Nicaragua y fue una alegría para ella celebrar sus 50 años de vida religiosa en ese lugar.

Celebrar las Bodas de Oro de las hermanas tanto en Nicaragua como en Cuba nos permite reconocer a las personas que animan y acompañan nuestra misión y entrega. Que María Nuestra Señora acompañe el camino.