Participar en el Capítulo Provincial del Cono Sur, fue un tiempo de encuentro, que me permitió compartir con las Hermanas y laicos asistentes, en una dimensión diferente a lo puramente social, de trabajo o intelectual. Fue un tiempo de conocer con el corazón, como dice San Ignacio. Tiempo de sentir y gustar de las cosas internamente. Juntos, Laicos y Religiosas, conversamos, sentimos y pensamos en todos los ámbitos en que está presente la obra de Santa Juana, en sus comunidades educativas, en las comunidades de inserción y también en la Red Laical.
Al reflexionar y recordar el tiempo que compartimos con las Hermanas en el Capítulo Provincial, identifico tres diferentes momentos que creo nos dieron pistas para discernir qué quiere Dios para la Compañía: para intentar responder la pregunta de ¿Cuál es el paso “más” que nos sentimos llamadas y llamados a dar para el mayor bien del Reino?
1.er Momento: La exposición de Benito Baranda , que nos mostró las desigualdades que excluyen en lo económico, en la educación, en la salud, en el hábitat, desde las percepciones existenciales: desconfianza, desesperanza, aislamiento, desigualdades en gobernabilidad, seguridad y transparencia: abusos de poder, corrupción, violencia, desigualdades en relación con la naturaleza: uso de las aguas, explotación del territorio.
Esta realidad nos interpela y nos orienta hacia dónde debe continuar caminando la Compañía y dónde debemos los laicos sentirnos desafiados y motivados a actuar.
2.° Momento: La oportunidad de compartir con las hermanas y laicos la trayectoria y camino seguido por la Red en la Provincia, exposición en la que participamos laicos de los diferentes contextos del Cono Sur Vivian Torres (Formosa-Argentina), Ana Cecilia Nogueira (São Paulo - Brasil), Adriana Musso (Mendoza – Argentina), Carlos Zárate (Asunción – Paraguay) y Violeta Espinosa (Chile); apoyados por la Hna. Nelda. Fue un momento de especial emoción en el que recibimos el cariño y aceptación de las Hermanas y constamos el proceso de consolidación de la Red en este tiempo vivido desde el año 2003. Sentirnos integrados, queridos y acompañados en la misión, nos motiva y nos da fuerza para continuar en este camino.
3.er Momento: Personalmente, creo que fue una instancia que nos entregó muchos elementos para reflexionar y discernir. En el tiempo para la reflexión en grupos pudimos conversar, compartir, escuchar el pensamiento y experiencias de hermanas de distintos países, de jóvenes y laicos. Llegar a consensos fue un trabajo de una gran riqueza que nos permitió descubrir por dónde nos va llevando el Dios de la vida y nos ayudó a descubrir el paso de Dios por la Compañía y a responder cómo hacer una misión común desde una búsqueda conjunta.
El Capítulo Provincial, fue un tiempo de alegría, de grandes emociones, de recibir y compartir el afecto de la Hermanas, jóvenes y laicos. El vivir y sentirnos parte de la Compañía con la aceptación y respaldo, nos infunde fuerza para dar testimonio y seguir caminando juntos/as, para continuar con la obra de Santa Juana y seguir respondiendo en el siglo XXI a la llamada que nos interpela para ser portadoras y portadores de creatividad evangélica en nuestro mundo.
Violeta Espinoza Hurtado: Abogada. Licenciada en Ciencias Sociales y Jurídicas.Master en Mediación Familiar. Postítulo Ciencias de la Familia. Presidenta de la Fundación de Puente Alto. Pertenece a la Red Laical del Chile. |