El gran propósito que nos debe animar cada año a los cristianos en el tiempo pascual es el de renovarnos en la conciencia que nos identifica y en el deseo de crecer en ella. ¿En qué consiste esta conciencia? ¿Qué es lo que hace de nosotros, los cristianos, lo que somos? El Papa Benedicto XVI nos ofrece en su primera encíclica (Deus caritas est) una profunda reflexión programática al respecto:
“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o por una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva [...]”.
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Alberto Ramirez Z.: sacerdote de Medellín. Doctor en teología. Profesor de la facultad de Teología de la UPB y del Instituo Teológico Pastoral del Celam. |