Luisa Arregui Muruamendiaraz, odn, pintora

Finalmente, se ha apagado la vida de Luisa Arregui, Luisita para todos los familiares y amigos.

Enero 2016 | ODN

Parecía que no iba a irse nunca de entre nosotras; que no íbamos a dejar de ver su sonrisa apacible y cercana, serena, sus ojos azules intensos y brillantes que parecían querer abarcarlo todo, sobre todo lo más cercano y familiar. Qué difícil nos va a ser acostumbrarnos al hueco que nos deja.

Luisita, nace en Bergara el 21 de abril de 1921. Se educa como muchas de las niñas y jóvenes de Bergara en el colegio de “la Enseñanza” y después varios años de internado en Haro; realiza los estudios de piano en el Conservatorio de Bilbao y San Sebastián y a los 19 años decide ingresar en la Compañía de María y lo hace en la Casa de Haro que en 1926 había sido fundada por la casa de Bergara. Allí hará sus primeros votos y los votos perpetuos en 1947, tendrá sus primeras experiencias como profesora y educadora y muy pronto en 1951 es enviada a la comunidad de Narbone en Francia. En esta casa y colegio vivirá gran parte de su vida activa como profesora de piano y pintura.

Excelente pintora, desde muy joven le gustaba llenar los márgenes de sus libros con dibujos imaginarios que surgían de su singular creatividad. Con el tiempo llegó a ser una gran “retratista” consiguiendo plasmar en sus personajes una gran personalidad. Uno de sus cuadros favoritos fue el que retrató a Josu Ortuondo, alcalde Bilbao de 1991 a 1999. expuesto en la Sala de Juntas del Ayuntamiento de Bilbao. Al Obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte. A la Venerable Madre Cointa, y otros muchos que sobresalen por su realismo, la técnica que elige y su dominio del color y de la luz. Poco habladora y fina observadora, captaba con su mirada penetrante y acogedora, la expresión de los rostros de los demás y era capaz de plasmarlos con una habilidad admirable.

Podemos decir de ella, que fue una pintora “autodidacta”… Estudió en profundidad las técnicas de los grandes pintores clásicos y modernos. Su vida en Francia, durante 20 años, le abrió las puertas a los grandes Museos que ella visitaba siempre que podía. Consiguió expresar en sus lienzos emociones y sentimientos. Así lo plasmó en sus bodegones, llenos de realismo y creatividad. Sus paisajes, sus marinas, sus montañas son una expresión viva de su conocimiento y amor a su tierra vasca. Lo mismo que las escenas de la vida diaria, de las costumbres, de los bailes típicos del país, todos ellos llenos de realismo y de sencillez.

Vuelve de Francia a San Sebastián, a la comunidad del Alto de San Bartolomé, en 1986, donde permanece hasta el 2005. Ella misma eligió su lugar de trabajo. Una habitación, pequeña, en el último piso de la casa, con una ventana que iluminaba con profusión los distintos momentos del día. Allí pasaba horas, contemplando el mar, los montes, la Concha. Tenía la obsesión de aprender y podía y sabía descubrir la belleza hasta en los detalles más pequeños de la vida y esa actitud la conservó toda su vida.

La Compañía le debe muchas obras de pintura, tanto de la Virgen como de nuestra fundadora Santa Juana de Lestonnac en diferentes escenas de su vida y de Teresa Couret Du Terrail. Su obra es conocida en todas las comunidades y colegios de la Compañía y en otros muchos lugares. Sus pinturas han sido grabadas en libros, en calendarios, en posters, en Christmas…

Cuando empezaron a aparecer los primeros síntomas del Alzheimer, pareció más conveniente y necesario, así lo exigía su salud, que se integrara en esta comunidad de Irún donde ha permanecido hasta el final de su vida. Su silencio impresionaba… pero su sonrisa y su mirada nos decían que seguía contemplando la “belleza” que para ella estuvo siempre unida al gran amor que tuvo a Jesús y a su Madre, María.

Comentando un día con el capellán Jesús Mari, aspectos de Luisita, expresaba él cosas que la definen muy bien. Comparto algunas de sus palabras:

Pienso, -me decía- que ella siempre ha sido artista, es decir, alguien que ha estado presente más en los significados totales que en la productividad; Ella ha estado ‘siendo valor e intención’ en medio de las cosas; nos ha dejado muchos ‘frutos’, sacramento de valores y significados. Desde Urs von Balthasar la entiendo como quien ha ejercitado entre nosotros un ‘no humillante SEÑORÍO’ signo evocador de Dios que se traduce por la difícil palabra ‘Gloria’.

Todos los que la hemos tratado de cerca, familiares, comunidad, amigos, el personal de la casa suscribiríamos lo anterior. Su mirada, su sonrisa bondadosa y agradecida, desde Dios, nos acompaña e inspira.

Comunidad El Pilar. Irún.